Pegaso; dame motivos que no encuentro para mi inspiración. Yo deseo aunque sea, el aroma de tus musas, algo que me ilusione, como si estuviera viva la quimera, para que no hiera el sentimiento de los engañados, cuando tengan que aceptar que "los derechos y el amor", no se mendigan; se conquistan.
PEGASO, tú naciste de la sangre de Medusa, a la que Poseidón, transformado en caballo, había poseído.
Perseo decapitó a Medusa, de la sangre de su cuello nacieron dos maravillas, Crisaor y Pegaso.
En vuelo hacia el Olimpo, Pegaso llegó al palacio de Zeus, quien le confió la misión de llevar el rayo, los relámpagos, y de conducir el carro de la Aurora.
Atenea domó a Pegaso y lo dio a Perseo para que fuera en él a liberar a Andrómeda.
También Belerofonte osadamente, se sirvió de este caballo para luchar contra la Quimera. La venció, y convertido en héroe, le ocurrió a Belerofonte, a este personaje mítico, igual que a muchos Lideres de nuestra actualidad cuando triunfan matando sueños y esperanzas.
Belerofonte siguió montado en Pegaso, e hincó sus espuelas en el maravilloso animal, con la intención de obligarle a llevarlo hasta el cielo, pero el Pegaso, encabritándose lo desmontó, lanzándole y causándole la muerte.
Pegaso, solitario, siguió ascendiendo al infinito, hasta transformarse en la constelación de su nombre.
Tiempos después Pegaso se convirtió en el corcel de las musas que me iluminan, musas que sirven de guía a cazadores de sueños, a creadores de ilusiones y amores con sabor a recuerdos. Y sutilmente inspiran a los que besan lágrimas de perfumes ajenos.
Se quedó Pegaso con las musas en el Helicón y logró descubrir la fuente de Pirene, en Corinto.
Pasó a ser padre de los Centauros, que nacieron de una esclava, con la que Pegaso e Ixión tuvieron relación la misma noche.
Que verdad tan grande, LOS DERECHOS Y EL AMOR NO SE MENDIGAN SE CONQUISTAN, habia escuchado sobre pegaso, pero no tan detallado como ahora.
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