Escrito por: Nelson Beltre
La carretera: Vía de comunicación entre poblaciones, debidamente acondicionada y asfaltada, destinada a la circulación vehicular. Para otros, ruta de recuerdos obligados a recorrer periódicamente, en nuestra imaginación, y como aguas de río que baja, llegar a un lugar que aún sentimos amar sin importar el tiempo ni distancias.
La carretera: Vía de comunicación entre poblaciones, debidamente acondicionada y asfaltada, destinada a la circulación vehicular. Para otros, ruta de recuerdos obligados a recorrer periódicamente, en nuestra imaginación, y como aguas de río que baja, llegar a un lugar que aún sentimos amar sin importar el tiempo ni distancias.
La carretera constituye en el presente la mayor plataforma al desarrollo, junto a la empresa más creciente de los últimos tiempos, "el transporte".
Pues por esa vía la globalización ya tiene colocada en comunidades apartadas de nuestro país, las mismas mercancías que se ofertan en las calles de New York.
Para millares de dominicanos, la carretera resulta ser una extensa plaza comercial, en la que se mercadea una oferta de productos muy variada y pintoresca en el área de paseo y próximo a un respectivo policía acostado, los cuales son hechos sin regulación de las autoridades, pero con la intención de reducir la velocidad de los vehículos, y también resulta una estrategia para vender.
La carretera en días feriados, es una especie de avenida o mirador que divierte y entretiene la comunidad del Campo.
Cuando a una comunidad le habilitan su carretera le devuelven la vida, pues además de facilitarle la posibilidad de mercadear sus productos, aumentan de valor sus propiedades y también pueden aspirar a que les llegue la medicina y la educación que ya no andan a caballo; tendrán la oportunidad de ser visitados con fluidez por vendedores, turistas, inversionistas, suplidores, y vacacionistas.
Pero la realidad es otra, aún prima el criterio de estrategas políticos equivocados, que analizan fríamente excluyendo a las comunidades de pocos "beneficios electorales" por su baja población habitacional, y esto encubre crueldad que se revertirá contra el que así procede, pues deben recordar que quien ayuda al pobre le presta a DIOS.
Es por ésto que a la frontera sólo llegan los discursos, los recursos se quedan en comunidades de gran población electoral, como la Capital, que producto del éxodo nacional tiene ya atrincherados más de cuatro millones de habitantes.
En nuestra frontera tenemos a las provincias de Elías Piña con 68 mil 641 habitantes, Independencia con 41 mil 530, y Pedernales tiene la más baja población del país, con 23 mil 300 habitantes, esa provincia por su escaso mercado electoral no recibe la atención que reclama, no obstante su importancia geográfica y estratégica, y su potencial turístico.
Pedernales tiene sus mayores fuentes de producción sin carreteras, las comunidades agrícolas: La Altagracia, Mencía, Aguas Negras, y las Mercedes, reclaman poder transportar sus mercancías, con cultura, amor, y esperanzas por un mundo mejor..
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